Escucharse para encontrar la solución.
Gracias a la mediación, he podido dar una vuelta de tuerca a mi vida y a mi manera de ver la vida y a las personas que forman parte de mí.
Me gustaría matizar esto último que he escrito, ¿Quién forma parte de mi vida, de mi entorno? Muchas personas podrían decir que sólo la familia, pero no estoy de acuerdo desde mi punto de vista y mis propias directrices, ya que, cada día intento aprender algo nuevo, desde una frase a un comportamiento, cada persona, animal, flor y un sinfín de cosas, puede y me enseña algo nuevo que no sabía, o que no me había percatado de su existencia.
Por tanto, no voy a ser pedante conmigo misma y decirme que mi circulo está integrado de mi familia en exclusiva, porque no es así, quien no esté de acuerdo es respetable, pero amigo/a mía vamos juntos a hacer una pequeña reflexión, si has tenido un mal día por culpa de un compañero/a de trabajo, porque hoy el atasco ha sido más insoportable que otros días, esa reunión que tanto estabas esperando o temiendo, no ha estado a la altura de lo que tu esperabas, y sin dejarnos por supuesto, la sesión de mediación que hemos realizado no ha habido más gritos, porque no han podido gritar más las partes. Que levante la mano quien delante de algunas o algunas de las situaciones descritas, no le ha cambiado el humor, y cuando ha llegado a casa sólo le faltaba tener que hacer la cena, duchar niños/as, o simplemente reunión de vecinos.
Con lo cual, todo lo que nos rodea y convive con nosotros forma parte de nosotros mismos nos guste o no, pero la manera como enfocamos estos sentimientos esta manera de enfrentarnos a nuestros sentimientos puede cambiar si nosotros/as lo sabemos gestionar.
Como siempre digo, ¡En mediación, todo se puede si quieren las partes!
Pues no vamos a ser menos nosotros/as ¿verdad? Pues claro que no, y eso es lo que me ha enseñado a mí personalmente la mediación, a enfocarme en mis propios conflictos de una manera diversa, a ver que todos/as tenemos algo dentro que no dejamos ver y que nos hace sentirnos mal, y por supuesto a los que tenemos a nuestro alrededor.
Hoy en día lo que hago ante una situación de las anteriores descrita es lo siguiente, me paro, respiro y reflexiono antes de dar una opinión, aparte que, gracias a realizar diferentes terapias de relajación y técnicas de respiración, te das cuenta de que todo pasa, que nada dura para siempre (lógicamente no puede durar para siempre, porque nosotros/as no duramos por siempre). Y que si te alejas de un conflicto u problema encuentras la solución más fácilmente.
Voy a poner un ejemplo, estamos parados delante de una montaña, pero tan cerca de la pared, que lo único que podemos ver es la roca, a medida que nos alejamos podemos abrir nuestro enfoque de la visión y podemos ir observando, que donde estaba únicamente la pared, podemos ver unas flores, un árbol, un rio y hasta nos percatamos que hay una gran cascada. Hemos podido pasar de una perspectiva totalmente cerrada a una visión panorámica, donde podemos disfrutar de un paisaje de montaña, que no habíamos visto con nuestra ofuscación.
Y esto es lo que me ha enseñado la mediación y que puedo compartir con mis mediados y con todas las personas que forman parte de mi circulo de vida. Antes de ofuscarnos en un problema y decir que no tiene solución o que esta es muy difícil, vamos a alejarnos del poco a poco, porque la solución está ahí solo que no la vemos y nunca es tan oscura solo es del color que toca, simplemente.
Defiendo a la mediación con todas las herramientas de que dispongo y que cada día busco y rebusco por todos sitios, pero también defiendo que los profesionales que ejercen la mediación, deben estar preparados adecuadamente, y no me refiero sólo a estos formidables masters que podemos aprender tantas cosas de ellos y de nuestras maravillosas carreras, pero, no debemos quedarnos con nuestra formación de base y esta formación debemos ir más allá, seguir entrenándonos para lo que nos espera, tenemos muy buenos formadores con grandes formaciones de una calidad excelente, solo debemos encontrar la formación continuada que nos ayude a formarnos, a entendernos, primero a nosotros/as, no podemos nunca olvidar el hecho de que somos humanos/as, y que tenemos sentimientos y que están a flor de piel, ya sé que nos han enseñado a separar, que debemos ser objetivos e imparciales, no es nuestro conflicto y debemos ser neutrales todo el tiempo. Pero yo os pregunto, ¿podéis serlo en todas las sesiones de mediación, sin que os falle alguno de ellos en algún momento?
No podemos y no debemos obviar, porque sería un gran fallo por nuestra parte, que los dramas que vienen a mediación y que están enquistados, los podemos tener nosotros/as mismos, porque podemos estar pasando por ello en este instante, o lo hemos vivido hace un tiempo, y nos está llegando a lo más hondo de nuestro ser, y por mucho que nos hayan enseñado, aquí tenemos que lidiar con nuestro peor enemigo, nuestro YO.
Por este motivo y por otros que iremos descubriendo a lo largo de nuestra vida, que luego lo llamaremos experiencia, tenemos que estar preparados/as para lo que nos pueda llegar. Y esto empieza gestionando nuestros propios sentimientos, justo por esta experiencia mis formaciones van dirigidas a gestionar los conflictos internos del mediador/a, porque si yo estoy bien, los demás también lo estarán y nuestras mediaciones estarán a la altura de cualquier conflicto que podamos encontrarnos en nuestro día a día.
Mi vida, tanto personal como laboral, más la última han cambiado y han dado un giro de 180º, porque de ejercer la abogacía mi gran pasión desde siempre, y tener en segundo plato la mediación, he pasado a no ejercer la abogacía y dedicarme a la mediación al cien por cien, tanto en formación continuada especializada, como en formaciones a nivel empresarial, docencia universitaria y docente en grados de formación profesional, os aseguro que, de vivir en un estrés constante con notificaciones, juicios, problemas… etc., a ver la novela como yo digo con mucho cariño a mis mediados.
El conflicto es de ellos, y esto hace que pueda ser objetiva, neutral e imparcial, cualidades imprescindibles junto con la empatía que hace que la persona que se dedica a la mediación pueda ayudar primero de todo a quien tiene un conflicto, y disfrutar de lo que hace, porque vivir la vida y disfrutar de lo que uno hace en su día a día, personalmente lo llamo ser feliz, con las connotaciones que conlleva estas dos palabras.
He aprendido que no todo es trabajo y no disfrutar nada o muy poco, con lo que realizas en tú día a día, he pasado a disfrutar con lo que hago que además resulta que es trabajo, parece una tontería, pero no lo es, ahora tengo ganas de mirar mi agenda, de decirme a ver que toca hacer hoy, donde voy, con quien me tengo que entrevistar. Porque esta alegría me da fuerzas para seguir innovando, seguir aprendiendo para trasmitir a mis alumnos/as tengan la edad que tengan, y la formación de la que procedan, y lo que para mí es muy importante que vaya a aprender yo de las personas que voy a tratar hoy, que sensaciones y experiencias vamos a compartir en nuestra formación.
Os puedo asegurar por experiencia propia, que empezar y acabar el día con una sonrisa y con una gran satisfacción del trabajo bien realizado y que ha dado sus frutos, te da un subidón de adrenalina que te impulsa a seguir adelante con lo que haces, a ser mejor persona y profesional en todo lo que realizas.
Espero que este modesto artículo te lleve a la reflexión en tu día a día, y que si quieres podamos entablar un dialogo si no estás del todo de acuerdo y si lo estás también por supuesto, poniéndote en contacto conmigo a través del correo electrónico carme.olivencia@etmovettamen.com o si lo prefieres por WhatsApp en el teléfono 603 849 847.
Porque siempre podemos encontrar un momento para hablar de nuestra gran pasión que es la mediación ¿no crees?
Con todo mi cariño a esta gran familia que formamos los mediadores/as.