Cada vez encontramos más espacios donde se habla de mediación. El otro día mi abuela me decía ilusionada, “Glòria, ¡en la radio hablan de lo que tú haces! Es un anuncio del Centro de Catalunya o algo así, ¿te suena?”
Las ventajas para quien recurre a ella son muchas. En resumen: menos tiempo, menos dinero y menos desgaste. Estas seguramente no te sorprenderán si ya conoces un poco la mediación.
Y hay algo más a tener muy presente a la hora de elegir la mediación.
Y es que en mediación tienes capacidad de decidir.
Es donde puedes decidir tu futuro. Y seguramente también el de tu familia, empresa u organización. ¿Y quién sabe mejor que quién está dentro lo que se quiere conseguir en el futuro?
A veces me he topado con personas que están en el punto de querer dejarlo todo en manos de abogados. De dejarlo ir. Cosa totalmente legítima porque muchas veces ya han hecho muchos intentos sin conseguir resultados.
Pero otras veces, ni tan solo lo han intentado y se han dejado llevar por prejuicios e ideas preconcebidas ante el conflicto.
La mediación permite el espacio, la reflexión y la escucha para que las decisiones que se tomen sean coherentes con el futuro que cada cual desea. Luego se llegará a ello o no, porque la vida es así, pero al menos estarás abriendo camino.
Hace tiempo, acompañé en un caso que siempre tengo muy presente cuando hablo de esto. Una pareja que se estaba separando llegó al despacho con sus acuerdos ya bastante cerrados. Eran dos personas que se comunicaban y se ponían de acuerdo con relativa facilidad. Querían la mediación para que el conflicto que tenían no se hiciera más grande y poder formalizarlo todo.
Bueno, pues lo acabaron replanteando (casi) todo.
Porque las decisiones que habían tomado eran para pasar rápido por el mal paso que es una separación y no eran coherentes con lo que querían para su futuro y el de sus hijos. Pasado un tiempo, me dijeron que estaban satisfechos de haber podido hacer estos cambios.
Satisfechos. Me pregunto cuántas personas estarán satisfechas después de un proceso judicial.
La mediación es lo que aporta: capacidad de decidir y tomar las riendas. Nadie dice que sea fácil y no es para todas las situaciones. Pero sí que lo es para muchas. Y, francamente, lo que puedes perder, aunque no salga bien, es poco.
Por otro lado, últimamente hay algo que me da qué pensar. Y es que no es ningún secreto que corren tiempos de incertidumbre y cambios. Un mundo VUCA o BANI, lo llaman algunos. Así que afrontar los problemas, ya no con mediación como tal, sino desde la cultura o mirada de la mediación ¿qué nos aporta como personas, como empresas y como sociedad?
Nos aporta afrontar los problemas tomando decisiones conscientes, con perspectiva, con coherencia con nuestras ilusiones, objetivos o planes de futuro. Nos aporta satisfacción por haber manejado el problema. Por lo tanto, nos aporta confianza y seguridad cuando haya otros problemas. Y nos aporta recursos comunicativos y de solución de problemas.
La mediación tiene mucho camino por recorrer. La pregunta es ¿te sumas al camino o dejas que otros den rumbo a tu vida?
Por Gloria Coll