El pasado 17 de noviembre, hice la presentación de mi libro “Cómo sobrevivir a una mediación familiar”, en la biblioteca de mi pueblo, bueno donde vivo, porque si fuera mi pueblo sería muy afortunada 😊
Y como fuimos 14 personas, hicimos un coloquio entre todos y todas, y así pude ver y escuchar, lo que la gente de a pie, el ciudadano sabe o entiende, que es la mediación. ¡Sorpresa que no todo el mundo sabe lo que es, y entiende lo mismo!
En este coloquio charla, hubo una variedad de profesiones, arquitectos, profesores de educación secundaria, y de grado, políticos en activo, y expolíticos, un coach, una pintora, un informático, una conserje de un centro educativo, personal de banca y una persona que trabaja en mantenimiento y es sindicalista.
Muy variado y polifacético a la vez, todos entendían que les podía beneficiar la mediación y que era un proceso más económico y rápido, ¡hasta aquí íbamos bien! 😉
Pero no acudían a mediación, porque, o no sabían a donde tenían que ir, o como buscar un mediador/a, puesto que nunca lo habían buscado, y cierto es que cuando lo buscas por internet, te puedes encontrar con otras profesiones que nada tienen que ver con la profesión del mediador.
Los arquitectos comentaban, que siempre tenían problemas con los clientes, sobre todo los particulares, y nos ponían como ejemplo, cuando te haces una casa, y contratas a una empresa o constructor. La gente no se para a pensar, solo discuten y encontrar a alguien que les haga el “trabajo sucio”, les iría genial, pero nunca habían pensado que la mediación les podía ayudar, hasta ahora.
Los profesores y la gerente de los centros educativos habían realizado un cursillo, y hacían las mediaciones ellos, pero cuando les preguntabas por los principios de la mediación; OBJETIVIDAD, IMPARCIALIDAD, NEUTRALIDAD Y VOLUNTARIEDAD, te decían que obligaban a ir a los alumnos y que no servía de nada, a parte que los docentes bastantes problemas tenían entre ellos.
Los políticos tanto activos como no, comentaban que ellos ya hacían cursillos a su equipo y que les enseñaban a mediar con los ciudadanos. Es decir, les enseñan a tener paciencia.
La pintora no tenía mucha idea, igual que el informático, puesto que confundían términos, y hablaban del arbitraje y de abogados en desahucios.
El personal de banca tenía muchos conflictos generados por una mala organización de su empresa, y de los directivos que no sabían enfocar las necesidades de sus empleados. Aquí, comenté que había que hablar primero con los directivos y conseguir hacer una formación, para que la implementarán con sus empleados y de esta manera sacar más rendimiento a las horas de trabajo, que se convertiría en más productivo para todos.
Y el último, pero no menos importante, el sindicalista que nos hablaba de que el mediaba, y que los abogados laboralistas ya mediaban en los conflictos. Chapó por todos ellos. Pero no confundamos la mediación con la conciliación, y la negociación de un convenio de despido colectivo, con la mediación porque son cosas completamente diferentes, y no se parecen en nada. O tienen algo en común ¿una patata y una zanahoria? Aparte de que nacen en la tierra, poco ¿verdad?
Bien esto es lo que saben los ciudadanos normales, los que tienen conflictos cada día, a estas personas, son las que los profesionales de la mediación, debemos llegar.
La mediación, consiste en un proceso donde dos o más partes tienen un conflicto, y se juntan con el mediador/a, para encontrar una solución que sea beneficiosa para las partes, para todos los que tienen un conflicto, y el mediador/a no da NUNCA la solución, la puede sugerir con mucha delicadeza, pero no dirá: tenéis que hacer esto.
Porque un profesional de la mediación guía a las partes a encontrar SU SOLUCIÓN.